Estado de conservación
NOM-059-SEMARNAT-2001
P en peligro de extinción
NOM-059-SEMARNAT-2010
P en peligro de extinción
Conservación
No existen programas específicos de conservación y manejo para esta especie. Sin embargo, algunas de sus poblaciones utilizan Áreas Naturales Protegidas, como en el caso de las reservas de la biosfera El Cielo en Tamaulipas, y Sierra Gorda en Querétaro (SEMARNAT 2002). Adicionalmente, algunas poblaciones de esta especie se encuentran incluidas en el AICA (área de importancia para la conservación de las aves) Tlanchinol (Arizmendi y Márquez-Valdelamar 2000, CONABIO 2002). Asimismo, la mayor parte del rango de distribución de esta especie se encuentra comprendida dentro del área de endemismo de aves del Sur de la Sierra Madre Oriental.
Amenazas
Factores de riesgo
El factor de riesgo más importante para G. sanchezi, seguramente es la afectación de su hábitat. Las políticas gubernamentales encaminadas al fomento de la colonización humana, a la explotación forestal comercial, al establecimiento de ranchos ganaderos extensivos y a la expansión de la frontera agrícola (principalmente de subsistencia), han originado la alteración, deforestación y fragmentación a gran escala de los bosques que representan el hábitat de esta especie. Esto a su vez, ha sido potenciado mediante la construcción de infraestructura carretera. Asimismo, los incendios también pueden representar una forma importante y adicional de afectación del hábitat de esta especie.
Situación actual del hábitat con respecto a las necesidades de la especie
Aún existen zonas importantes de hábitat primario para G. sanchezi; sin embargo, los bosques que habita han sido reducidos en por lo menos un 50% de la cobertura original, y en su lugar han ido surgiendo áreas urbanas, zonas de ganadería extensiva, zonas de agricultura de subsistencia, monocultivos de frutales, y plantaciones de café. En lo que respecta al bosque mesófilo de montaña, si se comparan sus coberturas actual y potencial, éste sigue existiendo en casi todas las áreas correspondientes a su cobertura natural, pero en muchas de ellas ha sido reducido a fragmentos muy pequeños. Además, muchos de esos sitios ya están gravemente deteriorados. Por ejemplo, la región de Tlanchinol en el estado de Hidalgo, probablemente haya sido una de las zonas más extensas de bosque mesófilo de montaña de México, pero esos bosques ya están muy fragmentados.
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